"Que necesito dulce Daniela,
alguien que pinte aquí,
un mundo nuevo, píntalo nena,
pinta dentro de mí." (Victor Heredia)
El cepillo de dientes de Federico disfrutaba su reciente soledad. Su estadía en este baño de hombre soltero era mucho más agradable que la que había llevado en el concurrido baño familiar.
Así que sufrió un tremendo disgusto cuando, en una lluviosa mañana de sábado, la novia de Federico osó poner en su vasito al coqueto cepillito de ella, en vez de guardarlo en la cartera. Miró con recelo a esa sofisticada intrusa de cerdas suaves, y deseó que regresara inmediatamente al horripilante baño al que pertencia . Un perfumado esperpento con toallas esponjosas como algodones de azúcar, cortinas floreadas y alfombrita (ajjjj) que parecía un flamenco despatarrado en el suelo.
Estaba por propinarle a la intrusa un fuerte empujón para que cayera al cesto de resíduos, cuando razonó que, si le permitía quedarse, él jamás tendría que regresar a ese desagradable mundo
Barbie. Entonces, con un gesto seductor le dijo:
-Bienvenida preciosa, sentite como en tu casa
alguien que pinte aquí,
un mundo nuevo, píntalo nena,
pinta dentro de mí." (Victor Heredia)
El cepillo de dientes de Federico disfrutaba su reciente soledad. Su estadía en este baño de hombre soltero era mucho más agradable que la que había llevado en el concurrido baño familiar.
Así que sufrió un tremendo disgusto cuando, en una lluviosa mañana de sábado, la novia de Federico osó poner en su vasito al coqueto cepillito de ella, en vez de guardarlo en la cartera. Miró con recelo a esa sofisticada intrusa de cerdas suaves, y deseó que regresara inmediatamente al horripilante baño al que pertencia . Un perfumado esperpento con toallas esponjosas como algodones de azúcar, cortinas floreadas y alfombrita (ajjjj) que parecía un flamenco despatarrado en el suelo.
Estaba por propinarle a la intrusa un fuerte empujón para que cayera al cesto de resíduos, cuando razonó que, si le permitía quedarse, él jamás tendría que regresar a ese desagradable mundo
Barbie. Entonces, con un gesto seductor le dijo:
-Bienvenida preciosa, sentite como en tu casa
Familiarizada
Este texto está dedicado a mi hijo Federico (de 4 años) que ama al verde tanto como odia al color que intenta protagonizar esta historia. ¿Cual es?
El concheto, patético y soberbio Rosa ¬¬
ResponderEliminarPobre rosa, no tiene la culpa, fue Barbie que lo echó a perder.
ResponderEliminarBesos
el cepillo de dientes en vaso ajeno y el rosa barbie son un viaje de ida...
ResponderEliminarBeso grande!!
Uy! Mi tocaya tiene la misma máquina de escribir que tenía yo.. el mismo color y todo!
ResponderEliminarConfieso que tuve que leer 2 veces el posteo: no sé si es temprano y no desperté o si hoy mis neuronas están en fuga :)
El rosa lo adiviné y el cepillo de dientes de otro/a cuando te acostumbraste a vivir sola, JAMÁS DE LOS JAMESES!!
Saludo
Maldito Rosa invadió la habitación de mi hija, esta por todos lados, Help!!!!
ResponderEliminar4 años! un enano!!! me encanta ver como los niños tienen ese contacto directo con sus gustos.
ResponderEliminarrosa?
jajaja decile que estamos en la misma , nunca me lleve bien con el rosa. El verde es el más lindo <3 jajaja.un beso
ResponderEliminarSì, tiene que ser el rosa.
ResponderEliminarLo odia ahora, que tiene cuatro años.
Cuando tenga 15, le va a llamar mas la atencion.
Un abrazo.
Ayyy, odio el color rosa! Me irrita la vista! El día que tenga una hija prohibiré ese color hasta que se vaya de mi casa! Jajaja!
ResponderEliminarEn cuanto al cepillo de dientes ajeno en el baño propio...ouch! Es una señal de que te engancharon y están marcando territorio!
Beso!
Me quedo más con la gama de los verdes y violetas. Pero ojo! que hay rosas y rosas. Cuando decimos rosa, a la mayoría se nos aparece en la cabeza el rosita bebé (a ése lo dejo pasar de largo!)).
ResponderEliminarComo tu nene, amo el verde. Verde que te quiero verde. El rosa es Barbie, es chicle de fruta, es envoltorio de toallitas femeninas y demás chucherías que ahuyentan a los hombres como el ajo a los vampiros.
ResponderEliminarDissors: si, es muy concheto.(¿Y tu panza, mejor?)
ResponderEliminarChechu: Barbie lo hechó a perder. Bien dicho.
Sandra M: cuantos cayeron con eso
Sandra/esperpento. Pero gracias.
Jugando: yo también tuve esa etapa.
Alelí: está DEMASIADO en contacto con sus gustos.
Co: todas las nenas tienen su etapa rosa-princesas.
Madre: el rosa empalaga ¿no?
Anne: ¡Rosa chicle!. Parece que los hombres tienen una relación de amor-odio con el rosa.
Taan: le gusta el verde porque mi casa tiene mucho verde.
Gaucho: y si... Los chicos crecen.
Yo siempre odie el rosa y la nenas quedan divinas de Celeste, Lila, verde, violeta....
ResponderEliminarAunque por suerte voy a tener un varon, sino las tias y abuelas me llenaban la vasa de rosita, puaj
qué tiene el rosa de malo criticonas??? al fin y al cabo federico lo aceptó, o no? jajaj
ResponderEliminarMañosa: estás a salvo (por ahora) Ja!
ResponderEliminarLucila: a mi el rosa me salvó de la deshidratación. Desde que me compré un vaso rosa (y de princesas) los varones de la casa no toman más mi agua!!
Una cosa es el rosa Barbie y otro el rosa Hello Kitty porque a pesar de que son iguales la diferencia es abismal.
ResponderEliminarHay que pensar en Rosa, lo banco!
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