domingo, 9 de octubre de 2011

La Paradójica

Paradójicamente,  Juliana apareció en mi vida cuando se fue a vivir al otro lado del océano. Bien lejos se fue y nos dejó a su madre, la esposa del papá de Fabián, servida en bandeja de plata. 


Hasta que se marchó, yo sabía poco y nada de la vida de Juliana. Apenas puso un pie en el extranjero comencé a enterarme de los mas mínimos detalles. Al principio me resultaba muy tierno que Doña Ana, la madre de la ausente,  nos leyera todos los mails que intercambiaba con su hija y que nos mostrara las billones de fotos que ponía en su muro de facebook. Pero al perdurar su conducta en el tiempo, la ternura mutó en hastío. 

Juliana es única hija, así que doña Ana decidió atenuar su nostalgia cultivando su vínculo con Fabián y conmigo. Otra vez, muy tierno... Si tan solo no llamara por teléfono a cualquier hora. 

lunes, 3 de octubre de 2011

La suegra

Cuando te dijo que vos sos demasiado exigente, lo tomaste como un elogio. Será porque  ella es experta en atenuar los defectos de tu marido y en exaltar los tuyos.
Que no sos demasiado amable.
Que te pasás de reconrosa.
Que te vas a quebrar de tan rígida.
Que no ves que te casaste con un muchacho bueno y trabajador.

Estoy hablando de una suegra. Pero no de la tuya, sino la de tu marido. Esa mujer es tu madre.
La que te explicó de mil maneras eso que no entendías.
La que te animó cada vez que estabas triste.
La que, además de preparar la comida de toda la familia, cocinó solo para vos; así podías cumplir a rajatabla con la dieta del semáforo.
La que lavó a mano cada una de tus prendas de encaje, cuando atravesaste tu etapa Madonna ochentosa.
La que te ama con locura y te extraña, PERO NO TE QUIERE DEVUELTA.