Ahora soy la única mujer de la casa. Por tanto, las bombachas son todas mías: ya no necesito bordarles la S de Sabrina para que las demás féminas comprendan que no les pertenecen. ¡Y que no las pueden usar! ¿Está claro? (Inhalo. Uno, dos, tres. Exhalo)
No siempre fue así. Soy la menor de tres hermanas. La que creció con menor intensidad de miradas parentales. La que recorrió el caminito amarillo pavimentado con la lucha de mis hermanas.
Ellas vencieron al "toque de queda" con un argumento implacable (lo mejor era quedarnos bailando en la disco hasta las 6 de la matina y regresar a casa con luz solar, mayor frecuencia de colectivos y más gente en la calle). Ellas suplicaron para poder irse de campamento (con amigas, primero y con novio, después). Ellas presentaron a los primeros pelilargos. En abandonar estudios, oler a cigarrillo y exhibir resacas, me precedieron.
Yo fui la primera que se atrevió a comprarse bombachas cola less y a colgarlas, recién lavadas, de las canillas de la ducha. Me corrijo. Sólo fui la primera en comprarlas. Porque mis hermanas me las usaban y las colgaban de las canillas (por lo menos tenían la decencia de devolverlas limpias). Ante mis reproches -¿¿pero que les pasa che!?, no se dan cuenta de que la S es de Sabrina, y que me tomo la molestia de bordarla para que ustedes no la usen, eh?-
Decía que ante mis reproches mis hermanas me aclararon que ellas sí se daban cuenta de que las bombachitas eran mías, y que mis padres también. Que yo siempre viví en un eterno viva la pepa porque ellas trabajaron arduamente para ablandar a mis padres. Y que, en justa retribución, yo tenía que prestárselas porque así pasaba yo (y sólo yo) la vergüenza de que los "calzones de vedette" se secaran a la vista de todos.
Increible. Todo "ese arduo trabajo para ablandar a mis padres" les quemó el cerebro y las volvió más conservadoras que mi abuela. Rectifico, que mi bisabuela. Porque las tanguitas que me regaló mi abuela recién me atreví a usarlas cuando me fui a vivir en pareja (esas si que no las dejaba flamear ante el público ).
Desde que dejé el hogar paterno, siempre fui la única mujer de la casa. Por tanto, las bombachas son todas mías: ya no les bordo la S de Sabrina. Las vedettinas y culottes pueden secarse colgando de las canillas de la ducha. Las tanguitas, no. Las tiendo en el lavadero disimuladas con otra prenda arriba: me da pudor que las vean mis
hijos.
hijos.
Agradecimientos:
A Co: por la expresión "calzones de vedette" (le pedí permiso, pero la usé antes de que respondiera).
A Sandra: por motivar la aclaración de que las bombachas en general no me dan vergüencita, sino las tangas en particular
A Co: por la expresión "calzones de vedette" (le pedí permiso, pero la usé antes de que respondiera).
A Sandra: por motivar la aclaración de que las bombachas en general no me dan vergüencita, sino las tangas en particular